Rompiendo Mitos: La sostenibilidad no me va a traer ningún beneficio

Mitos Sostenibilidad

Sin duda, para muchas empresas, la adopción de una estrategia sostenible puede resultar intimidatoria. Muchas veces, las PYMES consideran que ser sostenibles requiere de mucha inversión y poco retorno. Sin embargo, es importante tener en cuenta que para ser una empresa competitiva hay que invertir tiempo en entender que resulta esencial aplicar buenas prácticas que traerán beneficios a medio y largo plazo. ¿Rompemos mitos?

Afortunadamente, la gran mayoría de las empresas buscan incorporar a su actividad la reducción de su impacto medioambiental y, precisamente, gran parte de ellas están motivadas por el atractivo de la rentabilidad económica. Las prácticas sostenibles son un imperativo legal para muchos sectores y también se traducen en beneficios económicos. Porque nosotras lo tenemos claro: la sostenibilidad sí que es rentable.

Por qué la sostenibilidad sí que es rentable

Es importante tener en cuenta que la reducción de costes en una empresa que desarrolla una estrategia de sostenibilidad depende de varios factores, y varía según la industria y el tamaño de la empresa.

A continuación, compartimos algunas razones por las cuales las prácticas sostenibles, pueden ayudar a reducir costes, y, por ende, a impactar positivamente en sus beneficios:

  1. Reducción de consumos. Muchas empresas pueden reducir sus costes invirtiendo en medidas de eficiencia energética, que no sólo las ayudan a disminuir el consumo en sus facturas energéticas, sino que también reducen su huella de carbono y aumenta su eficiencia. Si bien es cierto que no todas las entidades pueden permitirse la instalación de energías renovables o sistemas de recuperación de aguas, existen otro tipo de acciones de bajo coste que ayudan al ahorro energético e hídrico. Y eso, al final, se nota en la factura y en el bolsillo.

  2. La eficiencia de nuevos procesos. Ser sostenible requiere de un análisis que nos muestre en qué punto estamos y dónde queremos llegar señalando nuestros puntos fuertes y débiles. Uno de los grandes talones de Aquiles -y lo vemos a diario- son los procesos “es que siempre se ha hecho así”. Existen pequeños cambios para todos y cada uno de los puestos que, una vez se han integrado, ayudan a que la empresa sea más sostenible e impulsan el ahorro de costes.

  3. Gestión de residuos. La gestión responsable de residuos conlleva costes asociados, lo sabemos. Gestionar de manera correcta los residuos no propicia en sí un ahorro económico pero, sin embargo, sí que puede evitar sanciones en función de nuestro sector.

    La reducción, reutilización y reciclaje permiten, además, disminuir los costes asociados a la eliminación de residuos y el cumplimiento de regulaciones ambientales. Gracias a una correcta recogida por fracción y una correcta planificación para la reutilización, las empresas también disminuyen su necesidad de compra de nuevas materias primas y envases. Es más, también podemos crear nuevos productos gracias a nuestra basura.

    ¿De verdad? Sí, claro que es posible monetizar la basura. Existen muchos proyectos circulares que, a partir de un residuo, elaboran otro producto que podemos incorporar o incluso vender. Para el caso de alojamientos turísticos -un perfil con el trabajamos mucho desde el estudio- son muchos los que ya están fabricando velas y vasos de coctelería a partir de botellas de destilados; bolsas de tela personalizadas a partir de sábanas y textiles en mal estado; jabones hecho de aceite filtrado, excedente de las cocinas; posavasos y souvenirs partir de envases de plásticos acumulados.

  4. La gran reclamada flexibilidad y conciliación. La implementación de políticas de flexibilidad de horario y locación para trabajar reduce los costes asociados con el mantenimiento de instalaciones, los consumos, la gestión de espacios de oficina, los procesos de formación y gestión de personal. Pero más allá de todo eso, también está demostrado que los trabajadores y las trabajadoras son más eficientes y desarrollan un mayor compromiso con la empresa cuando su calidad de vida y conciliación personal no se ve mermada o secuestrada por la labor que desempeña.

    Sabemos que hoy en día se habla mucho del teletrabajo, y está claro que no todos los negocios pueden permitirse el lujo de darle ese beneficio a sus empleados. Pero en realidad lo que reclaman los empleados es flexibilidad y conciliación, algo que va más allá del término "Teletrabajar". Es poder de elección personal, formación continúa, apoyo a la vida familiar, impulsar un sistema de escucha para equipos, involucración de nuestros trabajadores en la toma de decisiones, beneficios sociales, entre otros.

    Las políticas de conciliación y flexibilidad laboral hacen que la empresa se ahorre dinero porque generan bienestar en los equipos, reducen la alta rotación, impulsan el compromiso y el talento eficiente y formado, y por lo tanto crea una imagen de marca sólida que está en constante atracción de nuevos talentos.

  5. Marco legal y ayudas. Las regulaciones ambientales y sociales están en constante evolución. Adoptar prácticas sostenibles puede ayudar a una PYME a cumplir con los requisitos legales y evitar sanciones, lo que contribuye a la estabilidad y continuidad del negocio.

    Asimismo, existen diversas ayudas y programas de apoyo destinados a facilitar la implementación de prácticas sostenibles en las PYMES. Estas provienen de entidades gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, cámaras de comercio, instituciones financieras, entre otros. Te animamos a que consultes a qué programas puedes adherirte según tu comunidad. Te sorprenderías porque, la mayoría de veces tienen escasa participación y sobran fondos.

  6. Imagen de Marca y reputación. Cuando integras la sostenibilidad de una manera real y se lo comunicas a tu cliente, éste lo agradece. Eso sí: antes hacer, después comunicar. La adopción de prácticas sostenibles mejora la percepción que nuestros clientes y colaboradores tienen de nuestra marca y tienen una mayor valoración ya que son consideradas más responsables y socialmente conscientes. Fidelización, reputación, posicionamiento de un producto e incluso aumento del precio justificado por procesos más responsables…Sí se hace bien, impacta positivamente en la empresa.

Ya nadie duda -o no debería ser así- de que la sostenibilidad NO es una moda pasajera. A medida que el cambio climático se convierte en un problema cada vez más visible y palpable en nuestro día a día, las empresas que adoptan prácticas sostenibles se posicionan frente a las nuevas generaciones (cada vez más críticas y sensibles) y también invierten en la sostenibilidad de su negocio.

La sostenibilidad es rentable y debe ser una prioridad para el modelo de negocio…Porque ser sostenible, al fin y al cabo, significa poder garantizar tu existencia a largo plazo.

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